El instituto PIIE revisó un centenar de préstamos y observó cláusulas secretas, avances sobre activos estratégicos soberanos y posiciones de privilegio para China.
Desde el año 2000, China se convirtió en el principal prestamista del mundo a países de medianos y bajos ingresos con miles de contratos firmados con sus empresas públicas, todos ellos con cláusulas secretas. Así, el rol del gigante asiático como viaducto de capital productivo y financiero a países emergentes pasó al centro del debate luego que el coronavirus extremara las necesidades financieras de las naciones.